Los pacientes adultos mayores pueden estar en riesgo de perder su independencia por distintas causas, muchas de las cuales son potencialmente reversibles. Es decir, perder la capacidad de caminar solos, vestirse solos, ir al baño de manera independiente, lo que conlleva un problema tanto para el paciente como para la familia. Existen varios factores para este deterioro funcional y perdida de la independencia como son: enfermedades crónicas, dolor crónico no tratado, caídas, enfermedades no detectadas, medicamentos, problemas de memoria, sueño, hospitalizaciones, etc. Lo mas importante es detectar a tiempo para revertir esta perdida de independencia y no llegar a la discapacidad.
El tipo de ayuda que precisan los ancianos frágiles, suele estar encaminado a satisfacer necesidades de cuidados específicos y para regular y/o aprender a vivir con las limitaciones que les dificultan responsabilizarse de su salud y bienestar. Para su cuidado son relevantes la participación de la familia, (cuyos miembros debieran de informarse de los cuidados pertinentes y adecuarse a la situación del anciano en particular) y la colaboración de un cuidador de preferencia entrenado. Las recomendaciones en general son las mismas que para los ancianos sanos con algunas variantes de acuerdo al estado de co morbilidad y deterioro funcional.
El tipo de alimentación y dieta pueden variar de acuerdo a las enfermedades crónicas que padezca el geronte, por ejemplo si tiene diabetes e insuficiencia renal la dieta será de acuerdo a prescripción médica y con la colaboración de un nutricionista. Para ancianos con problemas de deglución como es el caso de los ancianos con secuelas de accidente cerebrovascular y demencia, se debe de cambiar la consistencia de los alimentos, a tipo mazamorra por ejemplo. Los ancianos con problemas de pobre ingesta requieren de una dieta fraccionada y asistida con menores volúmenes por toma pero en forma más frecuente cada 3 a 4 horas.
Se debe hacer énfasis en la prevención de caídas: El anciano frágil también debe de mantener una actividad física regular con las limitaciones inherentes a cada caso en particular tratando de mejorar la fuerza y resistencia sobre todo a nivel de miembros inferiores. Pueden caminar con ayuda de una persona, o utilizar bastón o muletas los cuales aumentan la base de sustentación, proporcionan estabilidad en la marcha y permiten la descarga de las articulaciones afectadas. Los andadores contribuyen a una deambulación más segura y proporcionan un sólido apoyo para levantarse y sentarse. En lo posible evitar la silla de ruedas, ésta solo se debe usar para los pacientes con inmovilidad. Es necesario facilitar un adecuado nivel de seguridad para la deambulación: evitar alfombras sueltas y pisos encerados, retirar muebles u objetos con los que pueda tropezarse. Utilizar zapatos cerrados, antideslizantes y de tacón bajo. Acudir al podólogo regularmente para revisión de uñas, callosidades o enrojecimientos.
Considerar la posibilidad de usar luces nocturnas en áreas de riesgo como escaleras pasillos y baño.
Colocar barandas cilíndricas en las escaleras y barras de sujeción en los baños. Elevar el asiento del inodoro utilizando barras de sujeción apoyadas en la pared próxima al asiento. Ajustar la altura de la cama desde la rótula de la persona al suelo. Sustituir sillas bajas y utilizar aquellas con descansabrazos anchos que brinden un apoyo óptimo. Los pacientes con demencia por ejemplo deberán ser trasladados al primer piso para evitar que circulen por las escaleras.
Para el anciano frágil, aún lúcido, es necesario facilitarle un sistema de seguridad para el suministro de medicamentos: elaborar un listado con el horario de la toma de los medicamentos con letra grande y clara y pegarlo en alguna parte visible del dormitorio. Colocar cada semana los medicamentos en cajas con stickers según el día de la semana y supervisar la toma de medicación según el conteo de las pastillas. Es importante que el anciano frágil trate de hacer todo por si solo, se debe cooperar con él solo en las actividades que él encuentra muy difíciles de realizar. El anciano debe de participar diariamente en todas las actividades de la familia, almuerzo, cena, cumpleaños, fiestas, etc. También es necesario organizar un rol de actividades de tiempo libre, que incluyan visitas a amigos y familiares y actividades recreativas. Se recomienda a los familiares se turnen para supervisar el cuidado del geronte y compartan equitativamente la responsabilidad filial así como económica.
Fuente: Clínicas Maison