DETERIORO FUNCIONAL

DETERIORO FUNCIONAL

Los pacientes adultos mayores pueden estar en riesgo de perder su independencia por distintas causas, muchas de las cuales son potencialmente reversibles. Es decir, perder la capacidad de caminar solos, vestirse solos, ir al baño de manera independiente, lo que conlleva un problema tanto para el paciente como para la familia. Existen varios factores para este deterioro funcional y perdida de la independencia como son: enfermedades crónicas, dolor crónico no tratado, caídas, enfermedades no detectadas, medicamentos, problemas de memoria, sueño, hospitalizaciones, etc. Lo mas importante es detectar a tiempo para revertir esta perdida de independencia y no llegar a la discapacidad.

Algunas recomendaciones:

  • Chequeo médico regular, acudiendo al Geriatra por lo menos cada 3 meses
  • Chequeo médico oftalmológico por lo menos una vez al año
  • Mantener una dieta balanceada (con las restricciones pertinentes de acuerdo a la presencia de alguna enfermedad) con una ingesta adecuada de proteínas, en base a leche de preferencia descremada o de soya, huevos, queso, carne de pollo, soya o pescado con menor consumo de carnes rojas, embutidos, vísceras o mariscos. Evitando el consumo en exceso de harinas: papa, camote, yucas, fideos o pastas. Incrementando el consumo de fibra: pan integral, cereales de grano entero, frutas y vegetales. Disminuyendo el consumo de sal y variando la ingesta de ácidos grasos saturados (grasas animales) a ácidos grasos poliinsaturados: aceite de oliva, omega 3 y 6, palta, aceitunas, germen de trigo, almendras, y nueces. Asegurando una ingesta adecuada de vitaminas y micronutrientes. Al respecto, destaca la importancia de la tiamina en funciones cognitivas, ácido fólico y su relación con niveles de homo cisteína (factor de riesgo cardiovascular) y vitamina B12 cuya deficiencia tiene efectos deletéreos a nivel del sistema nervioso central y suplementos de Calcio 500mg/día y vitamina D 400 U/día si se quiere conservar una adecuada mineralización ósea.
  • Establecer un programa de actividad física regular, mínimo media hora tres veces por semana, con el objetivo de incrementar la fuerza, resistencia muscular y activar las articulaciones.
  • Mantener un sueño regular tratando de acostarse y levantarse siempre a la misma hora, evitando siestas matutinas, no realizar ejercicio o mirar televisión antes de dormir, restringiendo alimentos pesados en la cena, eliminando el alcohol la cafeína y la nicotina, y utilizando hipnóticos bajo prescripción médica sólo por corto tiempo.
  • Realizar actividad mental permanente: participar en cursos, conferencias, lectura frecuente, elaboración de crucigramas, juegos de mesa grupales o vía Internet.
  • Vacunarse contra la Neumonía e Influenza.
  • Chequeo odontológico y de problemas bucales semestral.
  • Usar correctamente los medicamentos; no automedicarse.
  • Identificar la necesidad de ayudas tales como audífono, lentes, o bastón.
  • Minimizar el aislamiento: explorar las opciones para incrementar la socialización tanto en el interior como en el exterior del domicilio. Identificando qué actividades le resultan interesantes y que impliquen recreación así como tener relaciones con otras personas
  • Tratar de mantener contacto telefónico con amigos y familiares y participar en alguna organización de adultos mayores.
  • Mantener un estado emocional positivo. Cuando se experimenten síntomas de trastorno de ánimo consultar a su médico.
  • Conservar la dimensión espiritual según sus tradiciones culturales y religiosas.

El tipo de ayuda que precisan los ancianos frágiles, suele estar encaminado a satisfacer necesidades de cuidados específicos y para regular y/o aprender a vivir con las limitaciones que les dificultan responsabilizarse de su salud y bienestar. Para su cuidado son relevantes la participación de la familia, (cuyos miembros debieran de informarse de los cuidados pertinentes y adecuarse a la situación del anciano en particular) y la colaboración de un cuidador de preferencia entrenado. Las recomendaciones en general son las mismas que para los ancianos sanos con algunas variantes de acuerdo al estado de co morbilidad y deterioro funcional.

El tipo de alimentación y dieta pueden variar de acuerdo a las enfermedades crónicas que padezca el geronte, por ejemplo si tiene diabetes e insuficiencia renal la dieta será de acuerdo a prescripción médica y con la colaboración de un nutricionista. Para ancianos con problemas de deglución como es el caso de los ancianos con secuelas de accidente cerebrovascular y demencia, se debe de cambiar la consistencia de los alimentos, a tipo mazamorra por ejemplo. Los ancianos con problemas de pobre ingesta requieren de una dieta fraccionada y asistida con menores volúmenes por toma pero en forma más frecuente cada 3 a 4 horas.

Se debe hacer énfasis en la prevención de caídas: El anciano frágil también debe de mantener una actividad física regular con las limitaciones inherentes a cada caso en particular tratando de mejorar la fuerza y resistencia sobre todo a nivel de miembros inferiores. Pueden caminar con ayuda de una persona, o utilizar bastón o muletas los cuales aumentan la base de sustentación, proporcionan estabilidad en la marcha y permiten la descarga de las articulaciones afectadas. Los andadores contribuyen a una deambulación más segura y proporcionan un sólido apoyo para levantarse y sentarse. En lo posible evitar la silla de ruedas, ésta solo se debe usar para los pacientes con inmovilidad. Es necesario facilitar un adecuado nivel de seguridad para la deambulación: evitar alfombras sueltas y pisos encerados, retirar muebles u objetos con los que pueda tropezarse. Utilizar zapatos cerrados, antideslizantes y de tacón bajo. Acudir al podólogo regularmente para revisión de uñas, callosidades o enrojecimientos.

Considerar la posibilidad de usar luces nocturnas en áreas de riesgo como escaleras pasillos y baño.

Colocar barandas cilíndricas en las escaleras y barras de sujeción en los baños. Elevar el asiento del inodoro utilizando barras de sujeción apoyadas en la pared próxima al asiento. Ajustar la altura de la cama desde la rótula de la persona al suelo. Sustituir sillas bajas y utilizar aquellas con descansabrazos anchos que brinden un apoyo óptimo. Los pacientes con demencia por ejemplo deberán ser trasladados al primer piso para evitar que circulen por las escaleras.

Para el anciano frágil, aún lúcido, es necesario facilitarle un sistema de seguridad para el suministro de medicamentos: elaborar un listado con el horario de la toma de los medicamentos con letra grande y clara y pegarlo en alguna parte visible del dormitorio. Colocar cada semana los medicamentos en cajas con stickers según el día de la semana y supervisar la toma de medicación según el conteo de las pastillas. Es importante que el anciano frágil trate de hacer todo por si solo, se debe cooperar con él solo en las actividades que él encuentra muy difíciles de realizar. El anciano debe de participar diariamente en todas las actividades de la familia, almuerzo, cena, cumpleaños, fiestas, etc. También es necesario organizar un rol de actividades de tiempo libre, que incluyan visitas a amigos y familiares y actividades recreativas. Se recomienda a los familiares se turnen para supervisar el cuidado del geronte y compartan equitativamente la responsabilidad filial así como económica.